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Pequeña anécdota: un amigo era baterista en una banda de ska-rock. En 2015 tocó en un bar de Ramos Mejía, el lugar tenía una radio online en el primer piso y ahí trabajaba Dany Jiménez haciendo un programa. Les hicieron una entrevista. Dice que es un tipo muy copado y humilde, que se tomó el trabajo de escuchar el disco de la banda, los elogió y les tiró la mejor onda.

En su libro, Frescó cuenta la historia de Jesús José Miranda, un porteño hincha de independiente -al igual que el autor- que tras perder su trabajo, dejó de ver a su familia, se compró un sillón y un televisor y se dedicó a mirar todos los partidos de fútbol a su alcance.

El personaje, luego de ganar gran popularidad entre aquellos que les ocurría alguna situación similar, se vio obligado a decidir entre su mujer y el fútbol.

"El fútbol o yo" es la frase que utilizó la esposa del protagonista para obligarlo a tomar una decisión y la que Frescó considera como puntapié para dar inicio a la querella. Asimismo el autor aseguró haberse reunido con Levy (productor de la película), quien habría mostrado interés en realizar un guión en conjunto, pero que finalmente no prosperó.

La primera pericia fue ordenada por el fiscal de la causa, Martin Mainardi, en la que se compararon la obra literaria y la película. "Cabe destacar que sí se pueden reconocer muchos elementos en común entre ambas obras y sí se puede comprobar en la película y en su guión la reproducción y reelaboración parcial, total o disfrazada de los elementos creativos de la novela. La película toma muchos de estos elementos mencionados como originales del libro", se explicó en la conclusión del primer peritaje.

A pesar de aquel resultado, el fiscal Mainardi, determinó que si bien había similitudes, no había una copia íntegra y por ende solicitó el sobreseimiento de Suar, de Levy y Carnevale, (quienes participaron en la redacción y producción de la película) y ordenó una nueva pericia.

La defensa de Suar, aseguró que se habían inspirado en la película belga, Je Suis Supporter du Standard, para realizar el guión, pero en el segundo peritaje se concluyó que la similitud entre la novela de Frescó y la película era clara, y que lo único que se encontró relacionado con la película de origen belga era la adicción del protagonista al alcohol. Frente a esto, Suar, Levy y Carnevale fueron citados a declarar.

LA TV PÚBLICA QUE QUIEREN. Con todas esas cartas en su manga, la mesa que integran Meritello, Lammens y Carreras (como delegado de Kirchner) pretende conseguir que la TV Pública vuelva a tener fútbol argentino en su pantalla. Igualmente, desde la señal pública ponen algunas condiciones. La primera, es que el diagrama de transmisiones sea fijo y no variable, fecha a fecha. Un funcionario del área de Medios del Gobierno menciona el caos para la programación que significó la proto experiencia del Fútbol para Todos cuando, antes de la abrupta ruptura con la AFA y la estatización de las transmisiones, Torneos y Competencias (por entonces dueña de los derechos) le cedió algunos partidos. “Nos daban los dos peores partidos y siempre con horario cambiado”, recordó. La idea es tener un partido fijo por día (viernes, sábados y domingos) y siempre a la misma hora, incorporando esto a la programación del canal y no injertando los partidos en su grilla, como un Tetris a presión.La idea también es que al menos uno de esos tres partidos sea el de un equipo grande, posiblemente el de los sábados, y enfrentando a un equipo de alguna ciudad por fuera del Área Metropolitana. Racing-Newells, San Lorenzo-Talleres, River-Patronato, por citar ejemplos al voleo. 

Un tercer deseo es que la cesión no llegue con imposiciones con respecto a quiénes transmiten los partidos. La idea de quienes están a cargo de la TV Pública, que conduce Rosario Lufrano, es afianzar la dupla que integran Pablo Giralt y Ángela Lerena, que debutó en la primera fecha de las Eliminatorias transmitiendo a la Selección Argentina. No solo por la decisión política de sostener firme a la primera mujer comentarista en la historia del país –un trabajo además muy celebrado por la audiencia y por el propio canal-, sino porque es un equipo al que quieren darle rodaje para un plan que proyectan a dos años: el Mundial de Qatar 2022.¿La fantasía? Que la AFA se tome el tiempo de resolver con las empresas la transmisión y que el fútbol argentino llegue a la TV Pública recién en 2021. “No queremos quedar enchastrados con ese negocio, del que además no participamos”, explican. ¿La realidad? Como conocen los manejos de la dirigencia del fútbol, ya están preparando todo por si ya les toca transmitir desde el próximo fin de semana.