Si las programadoras hubieran sobrevivido...

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Señores, como dice el buen vecino Spidey, HE VUELTO!!!!! Y decidí hacerlo con un tema muy especial...

Como ustedes saben, en Colombia hasta hace relativamente poco tiempo; existió un modelo único de operación de televisión que se diferencio de los demás países de América Latina. El denominado "sistema mixto de televisión" surge desde el nacimiento de la televisión colombiana en 1954 durante el régimen del General Gustavo Rojas Pinilla al mando de la nación; desde el principio de sus operaciones se había definido que el naciente medio fuera exclusivamente de uso estatal, aunque eso no implico que varias agencias de publicidad y empresas obtuvieran espacios de carácter cultural y educativo dentro de la nueva programación.

El cambio de modelo se da luego de la dimisión de Rojas Pinilla a finales de los años 50 y la transición democrática iniciada en los años 60 con la formación de un bloque bipartito de gobierno denominado "Frente Nacional", durante esta transición se faculto el nacimiento de la primera empresa operadora de televisión de carácter privado denominado TELEVISIÓN COMERCIAL - TVC, un joint venture entre las cadenas radiales Caracol y RCN al que se le adjudicaron varias horas de operación en el único canal nacional existente. (Esta sociedad no duro mucho por diferencias entre ambas cadenas quienes después licitaron aparte) a la par que se adjudica una señal comercial para la ciudad de Bogotá denominado como TV9 Bogotá, conocido popularmente como Teletigre (señal que solo pudo operar entre 1966 y 1971 y que tuvo que devolver su licencia al Estado frente a la presión de otras productoras de televisión y a la reiterada critica al gobierno que hacia en sus noticieros).

A partir de 1966, el Estado decide crear un ente operador de la televisión y de la Radio Publica Nacional que seria conocido como el Instituto Nacional de Radio y Televisión -INRAVISION- que se encargaría de administrar los dos canales de operación nacional (Cadena 1, primer canal de televisión del país y el reposeido Teletigre que en 1971 se convierte en Tele 9 Corazón y luego en Cadena 2) con fines comerciales, un canal nacional de contenidos culturales, educativos e institucionales y la red de estaciones de la Radiodifusora Nacional. Desde ahí se adjudicaron en varias ocasiones, espacios de tiempo aire a personas y empresas que difunden programación propia y extranjera en estos dos canales. A estas sociedades se les denomino "programadoras".

Para muchos expertos en el tema de comunicaciones, este modelo era perfecto por la pluralidad de voces y contenidos que ofrecían y el manejo de los equipos, foros de grabación, derechos de emisión e infraestructura de transmisión por parte del Estado Colombiano. No obstante, tampoco estuvo exento de criticas, primordialmente por quienes afirmaban que la adjudicación de estos espacios (y especialmente los noticieros) eran entregados a sectores políticos afines al Gobierno de turno. Situación que fue revertida con la promulgación de la nueva Constitución Política del país en 1991.

Aunque Colombia estuvo por muchos años en desventaja frente a los demás países del continente respecto a la operación privada de televisión, a partir de los años 80 y con la llegada de la televisión a color en 1979, la televisión se reinventa saliendo de los foros de Bogotá y abriéndose a las regiones, adoptando las historias locales y contratando a los mas prolíficos escritores, periodistas y libretistas de la época para crear historias únicas que recogieron el misticismo y la algarabía de Colombia y que le abrió las puertas al mundo entero, éxito que se hizo mas fuerte en la década de los años 90 y se mantiene aun hoy en día.

Pero en la década de los años 90, la situación de las programadoras empezó a empeorar hasta ocasionar su desaparicion definitiva. El origen de la crisis de estas empresas comienza con la instauración misma de la Constitución, con la que se fortalece la entonces Junta Nacional de Televisión, dándole funciones sancionatorias que hizo salir del aire varios programas que para la sociedad eran muy lascivos, debido a que abordaban temáticas complicadas de tratar como la sexualidad, la violencia y la corrupción. A esto se le suma los cambios que se introduce en la licitación de 1992, en la cual se prohibió la libre circulación de operadores entre canales, la unión entre programadoras para operar todo el contenido de cualquiera de los dos canales o para emitir programación conjuntamente (salvo quienes estuvieran adscritos a la Organización de Televisión Iberoamericana -OTI-) y la restricción operativa de realizar programas informativos, noticieros y programas de opinión a quienes ofrecieran programas de entretenimiento y viceversa. esto ocasiono el cambio de horarios de varios programas, la creación de bloques de programadoras que solo podían operar en la Cadena Uno o en el Canal A.

Posterior a eso, en 1995 se promulga la Ley de Televisión, deuda pendiente de la Constitución del 91, con lo que se crea la Comisión Nacional de Televisión como ente veedor y regulador de la operación de la televisión, la cual para esa década se había expandido debido al nacimiento de los canales regionales, el nacimiento de varias estaciones locales y el auge del naciente negocio de la televisión de paga con la llegada de las famosas antenas parabólicas (o como les denomino aquí, las "perúbolicas" ante la amplia recepción de la televisión peruana a través de estos artefactos). En ese entonces, la televisión atravesaba un conato de crisis interna: la infraestructura de Inravision estaba obsoleta, los equipos no estaban constantemente actualizados, la entidad estaba bajo el mando de los sindicatos del gremio junto con la programadora estatal Audiovisuales, el Estado tenia una deuda significativa con los pensionados de Inravision y Audiovisuales, y había una permanente desigualdad entre las programadoras mas importante (como Caracol, RCN, Punch, Datos y Mensajes, JES, Programar y RTI) que pertenecían a las familias mas poderosas del país, y las que pertenecían a gente del ramo, quienes no tenían recursos para producción nacional y tenían que tercerizar sus producciones (casi siempre a las primeras), distribuir contenido internacional o crear empresas alternas para garantizar la solvencia de estas.

La situación empeoro cuando ese mismo año varias programadoras entregaron sus espacios a la CNTV ante la incapacidad económica y operativa que les significaba operar bajo las condiciones vigentes en ese entonces. La única forma en la que las programadoras dejaban de operar era por disolución de la sociedad, que fue lo que paso con la empresa JEP Televisión, luego de que su propietario, el periodista Jorge Enrique Pulido fuera asesinado en 1990 por ordenes del narcotraficante Pablo Escobar y el Cartel de Medellin o por no haber ganado la licitación. Dicha crisis empeora cuando se destapa el escándalo mas grande de corrupción hasta aquel entonces conocido como el Proceso 8000 y que tenia como principal implicado al entonces Presidente de la República Ernesto Samper Pizano. Escándalo que tuvo mayor resonancia en el país ante el surgimiento de una nueva ola de noticieros, espacios de opinión y de programas de otros géneros como el dramatizado y la comedia que se convirtieron en órganos de denuncia de la magnitud de la corrupción en el país y de las problemáticas de la ciudadanía.

En retaliación por la presión que los medios tuvieron contra Samper que lo llevaron a un proceso de impeachment del que salio airoso, el gobierno modifica las reglas de juego para todos los operadores, volviendo a las condiciones anteriores de operación (ordenando a las programadoras que producían espacios de entretenimiento, a hacer programas informativos y a las operadoras de los noticieros a crear programas generalistas).

Esto llevo a la quiebra a varias programadoras y a otras como las empresas TV13 (operadora del Noticiero QAP, de propiedad del Nobel de Literatura Gabriel Garcia Marquez) y Globo TV (manejadora del Noticiero AM-PM y entregado a los desmovilizados de la insurgencia del M19 convertida en partido politico) junto con la programadora Telestudio (de propiedad del banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo y quien manejaba el informativo Colombia 12:30) en protesta por las nuevas condiciones y denunciando censura y persecución por parte del Gobierno deciden dejar de operar conjuntamente el 31 de Diciembre de 1997, cuando vencían sus licencias de operación.

Previo a eso el Gobierno autoriza la formación de dos canales privados de operación nacional y un canal privado local para la ciudad de Bogotá que serian entregados a licitación. Para la oferta de operación en todo el territorio nacional se presentaron seis programadoras: Caracol, de la familia Santodomingo, quien tenia una posición dominante en la industria cervecera, la aviación y las telecomunicaciones; RCN, de la familia Ardila Lulle, dominante en la producción de azúcar y bebidas gaseosas; Punch, empresa pionera en producción televisiva de propiedad de la familia Peñaranda; RTI, fundada por el padre de la televisión colombiana Fernando Gomez Agudelo y con importante participación monetaria de varios grupos empresariales minoritarios como el Grupo Grancolombiano, el Grupo Bolivar y el Sindicato Antioqueño y JES, empresa familiar creada por el empresario Julio E. Sanchez Vanegas. Los ganadores de esta licitación fueron las empresas de Santodomingo y Ardila Lulle.

Para 1998, con la entrada en operación de los dos nuevos canales y la adjudicación del canal local al diario El Tiempo (que empezara operaciones un año despúes bajo la marca CityTV) y un fuerte recesión económica que afecto al pais en ese momento que pasaba un cambio de era bajo el mando del conservador Andres Pastrana Arango y quien trataba del iderar un proceso de Paz con la insurgencia de las FARC; el panorama de las programadoras no parecia prometedor. Las programadoras preveían que los canales privados alcanzarian su nivel de audiencia en cinco años. Lo lograron en uno y medio. Ante ese imprevisto, las programadoras intentaron articularse  para crear contenidos conjuntos bajo imágenes unificadas, pero los intentos sucumbieron. En el renombrado Canal Uno, las programadoras mas tradicionalistas como CM& del consagrado periodista colombo-árabe Yamid Amat y la del reconocido animador Jorge Barón, se rehusaron a integrarse a la estrategia conjunta de las demás programadoras; mientras que en el Canal A, la unión se logro dar, pero se empezó a quedar sin anunciantes que decidieron irse para Caracol y RCN.

Con la llegada del Nuevo Milenio, empezó el fin de las programadoras en Colombia. Los casos mas insignes de esta hecatombe fueron los de Punch, que de ser la programadora mas importante e innovadora de Colombia termino en la ruina completa o el de la empresa Cenpro, programadora de propiedad de la congregación católica de los Jesuitas (Compañia de Jesús) a quien no le quedo de otra que entregar sus espacios al Estado, luego del fracaso rotundo de su ultima telenovela que intentaba continuar una seguidilla de éxitos que tuvo durante tres años consecutivos y que solo duro dos semanas al aire, convirtiendose en la producción mas corta de la televisión colombiana.

Para el 2003 la totalidad de las casi 35 empresas del ramo habían desaparecido, muchas se declararon en bancarrota, algunas intentaron ser productoras para los dos canales privados (unas prosperaron y otras fracasaron), otras ofrecieron servicios de producción y los dueños de las demás no volvieron a trabajar en medios aun hoy en dia. Es entonces cuando en el gobierno del recién electo Presidente Alvaro Uribe Velez decide lanzar un plan de salvamento a las 7 programadoras sobrevivientes, enfocando sus esfuerzos en la recuperación del Canal Uno (la que no prospero dado que se le permitió a estas ceder espacios comerciales a médicos homeópatas, cultos cristianos y productoras de infomerciales) y decreta el fin del Canal A, después de 31 años de operación; para darle paso al canal Señal Colombia Institucional (hoy CiTV Canal Institucional) como órgano de comunicación de las instituciones del Estado Colombiano.

Un año después, ante el gran pasivo pensional que tenían, la falta de equipos que garantizaran sus operaciones y el deterioro organizacional en el que se encontraban, se decreta la liquidación de Inravision y Audiovisuales y su sustitución inmediata por la entidad RTVC -Radio Televisión Nacional de Colombia- quien asumiría la red publica de radio y televisión del país, la emisión del Canal Uno que pasaría a ser administrada por los consorcios que la operaban (uniones temporales entre las programadoras NTC, de Daniel Coronell, actual VP de Noticias de Univision y Colombiana de TV,  de la familia De Zubiria, reconocidas dentro de sector educativo del pais; Programar, propiedad de los dueños de la estación cultural HJCK y la Revista Semana y RTI; Jorge Barón y la productora SportSat y CM& en solitario) y el manejo de los equipos de producción del Estado.

Desde ese entonces, el Canal Uno como único rezago del modelo mixto paso sin pena ni gloria en los idncies de audiencia, a pesar de los múltiples intentos fallidos de renovar su imagen y programación. Dichos intentos terminaron en Diciembre de 2016, cuando en el mando de Juan Manuel Santos Calderón en la presidencia del país, se cambia el modelo de operación a fin de que el canal Uno pasara a ser operado por una sola empresa, la cual, a pesar de los múltiples intentos de Jorge Barón y Programar apoyados por los canales privados, fue entregado a la unión de las programadoras CM&, NTC, RTI y la inclusión del fondo estadounidense Hemisphere y que desde el 2017 opera el nuevo Canal 1, quien logro quitarle una importante audiencia a sus competidores. Con esta licitación se da por terminada la era de las programadoras.

No obstante, para muchos nos quedo la nostalgia ante la calidad de estas empresas que hacia excelente televisión con tan pocos recursos, aun en estos tiempos en que las nuevas plataformas nos ha inundado de contenidos y la calidad de estos se han deteriorado, mas aun en nuestra televisión. Es por eso que me tome el tiempo de crear este psot para recrear escenarios alternos en los que algunas programadoras pudieron salvarse de su fin y que estarían haciendo en este momento.

Espero lo disfruten tanto como yo al hacerlo (Y me perdonan lo extenso de esta introducción)...

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 lucirían varias programadoras hoy en día...

3R Televisión 

Alejandro Munevar Dominguez - AMD Televisión

Andes Televisión

Audiovisuales

Big Bang Televisión

Cenpro Televisión

Producciones Cinevision

CM& Televisión

Coestrellas

Colombiana de Televisión

Criptón

Cromavisión

Datos y Mensajes

Diego Fernando Londoño - DFL Televisión

En Vivo Televisión

Germán Garcia y Garcia - Gegar Televisión

Globo Televisión

Intercontinental de Televisión

Intervisión

Multimedia Televisión

Promec Televisión

Proyectamos Televisión

Producciones Punch

Noticiero QAP

RTI Televisión

Telestudio

Universal Televisión - UniTV