Viendo estos comerciales, y en gran parte debido a que debo de soportar las tandas publicitarias cuando mi familia ve Latina por las noches, me he dado cuenta que gran parte de las publicidades audiovisuales peruanas (por no decir casi todas las del planeta Tierra) siguen un formato estilo fábula de Esopo. Primero hay una historia descabellada para llamar la atención del público. Después, cuando se pasa a explicar el producto como si de una moraleja se tratase, la lógica ingresa a la diégesis del comercial y todos los elementos descabellados desaparecen en favor de la propia publicidad. En otras palabras, mientras que en la Antiguedad Esopo se valía de animales parlantes para llamar la atención de su público en pos de enseñarles valores, en la actualidad la publicidad en general se vale del absurdo en pos de vender productos.
Tomemos como ejemplo este comercial reciente de Bonlé:
**Créditos: Bonlé**
La "fábula" aquí consiste en el niño trayendo un bidón gigante para tomar leche Bonlé. La "moraleja", por otro lado, la marca la voz femenina omnisciente que explica el producto de Bonlé como tal. Pocos segundos después de que esa voz aparece, todo rastro del bidón gigante desaparece como por arte de magia. Similar a como, cuando una moraleja aparece en una fábula de Esopo, inmediatamente las liebres, tortugas, lobos, zorros, leones, burros y pastores mentirosos desaparecen para priorizar a la primera.
El 21/10/2022 a las 23:34, Morty Smith dijo:
Comparto con ustedes un comercial de televisores Sony Wega del año 2005, el cual tiene una forma un tanto peculiar de promocionarse (como queriendonos decir que ver televisión es mucho mejor que ir al cine):
Y ahora pasemos a su competencia directa, Panasonic, con este comercial de minicomponentes del mismo año, con unos planos detalles que, junto con la música, ponen los pelos de punta:
Nuevamente, un comercial de cocoa Atómika (esta vez del 2008), con bastante cringe (tanto por la música como por los sonidos del elefante):
Y finalizamos con un comercial de Aseptil Incoloro del año 2007. Ya sea por el uso innecesario del alemán, por la "pintura invisible", por los gestos de dolor sobreactuados o por la musiquita al final, este spot tiene todos los elementos para ser un ejemplo de cringe publicitario antiguo:
¿Qué hacía la niña de Cocoa Atómica jugando al tira y afloja con un elefante? ¿Acaso un conejo retó a ambos a hacerlo?
Para aquel que no cachó la referencia rebuscada: