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Hubo una época en la que daban animé. Inclusive llegué a ver dibujos como Bob y Margaret en las mañanas de Animérica. El problema en Argentina, en relación a eso, es que los que lo consumen van directo al producto, creo yo, o al menos es lo que puedo entender de los que me rodean y ven animé, que básicamente no lo hacen desde un  televisor, sino desde una página o alguna plataforma. Más que nada porque son programas que quienes en teoría ven televisión pública no lo consumen. Después está el debate de si la televisión pública (y me refiero a cualquier canal público) debería darle bola a los puntos de rating de un barrio, o a dar variedad de programas. Yo soy más de la segunda opción. Lamentablemente, como viven de la pauta publicitaria que en teoria le da de comer esas cuadras en las que ibope mide el rating, poco podemos hacer. En mi caso pasa con el cine. En la televisión pública daban antes una gran cantidad de cine clásico (nacional e internacional, subtitulado, en buena calidad) y ahora eso se resumió a unas pocas películas repetitivas. Lamentablemente la televisión Argentina no hace eso que decís, transmitir aunque sea un animé, hasta un Avatar la leyenda de Aang, un One Piece a la madrugada, algo.

Esto es algo que viene de larga data, desde los noventa los canales argentinos siempre fueron pijoteros con la programación infantil o juvenil que no sean novelas.

Otros países tenían horas de anime y dibujos estreno por aire, nosotros teníamos la repetición número mil de Alf. Solo empezaron a pasar algo de programación infantil cuando se expandieron las horas de emisión en 2005/2006 y después con la Ley de Medios pero el panorama actual de la TV abierta es: chimentos, noticieros sobre violaciones y asesinatos y poco más.

Son muchas causas. Para empezar, la mayoría de las brillantes mentes de nuestra TV están hace, como mínimo, 20 años y siempre repiten las mismas formas; eso causa que la TV de aire quede reducido a un grupo (de nicho) de gente mayor, a excepción de algún que otro programa, él cual no es el mismo público que mira plataformas y tiene prejuicios sobre muchas cosas e incluido formatos; por ese motivo es que la torta publicitaria todos los años es más chica (ya era insuficiente en los 90' para los 5 canales) y cada vez se ven productos más baratos: ni siquiera se atreven a licenciar películas más nuevas, no buscarán series o anime. Como será de mala la situación que la mayor apuesta de este año pareciese ser una nueva edición de Gran Hermano...